Chinos, un montón de japoneses, un colegio, no se sabe de qué rincón de Estados Unidos, guiados por una pareja de profesores perdedores de Kamala Harris, que, seguro, no saben quién fue Diego Armando Maradona para el mundo entero, dos jóvenes con pintas de riquitos de Dubai, que tratan de no ser reconocidos (como ricos) en el corazón del Quartieri Spagnoli, de Nápoles, el altar que el club sureño levantó en honor del futbolista que les convirtió en centro del mundo entre 1987 y 1990 cuando convirtió al denostado sur de Italia frente al poderoso norte (Juventus, Milan, Inter, Torini, Fiorentina) con la conquista de dos scudettos (1987 y 1990), una Copa de Italia (1987), una Copa de la UEFA, sí, sí, una Copa de la UEFA (1989) y una Supercopa de Italia (1990), en los reyes de Italia. Cómo no lo van a adorar de por vida!
Leer la noticia completa