Estaba llamado a ser el '4' del futuro. El Real Madrid vio en él al heredero de Xabi Alonso y no dudó en pagar 32 millones a la Real Sociedad en julio de 2013 por un centrocampisa que había derribado todas las puertas en Anoeta, en un cadro 'txuri-urdin' dirigido por Philippe Montanier y liderado por un bisoño Antoine Griezmann.