El auge del fútbol en Norteamérica, impulsado por la expansión de ligas como la USL y la MLS, además de por la creciente inversión en infraestructuras y proyección internacional, se ha convertido en un destino atractivo para jóvenes jugadores que buscan alternativas más allá de las categorías nacionales (1, 2 o 3 RFEF).