Para los bancos, y muchos de sus clientes, el modo en que quedó redactada la legislación se ha vuelto un problema. La industria ahora no sólo está demandando cuando detectan autofraudes, sino que se ha vuelto más usual también presentar denuncias cuando el usuario ha caído en una estafa y ha entregado sus claves, por ejemplo. Algunas estimaciones llegan hasta los 30 mil juicios. Los emisores llaman a hacer nuevos cambios legales.