A Iñigo Martínez todavía se le echa en falta en Barcelona. La marcha del vasco, capitán 'in pectore' de la plantilla, fue un mazazo anímico para el vestuario, siempre abierto a las consignas del futbolista de Ondarroa. Su inexplicable salida, como decíamos, dejó un hueco tremendo en un grupo joven y que escuchaba el experto mensaje del zaguero.