Clay Lewis tenía dos años cuando le diagnosticaron autismo. A penas sus padres se enteraron, quisieron criar a su hijo para que pudiese desenvolverse como un ser humano independiente, a pesar de su trastorno. Por eso cuando Clay se convirtió en adolescente comenzó a buscar trabajos de medio tiempo para aprender sobre el mundo laboral y conseguir su propio dinero, eso le daría herramientas para sobrevivir en el mundo si es que sus padres no estuvieran. A pesar del entusiasmo que el joven demostraba, ninguno de los lugares donde postuló lo quiso contratar. ¿La razón? Su autismo. "Debido a que habla de manera diferente a otras personas, los empleadores tienen suposiciones injustas basadas en las primeras impresiones", dijo su madre, Laura Lewis al portal Daily Mail Australia. Cualquiera pensaría que el rechazo pudo haber significado que Clay se desanimara y se rindiera en su objetivo, el chico hizo todo lo contrario y decidió buscar en otros lados la forma de lograrlo. Con 16 años creó Clay's Bin Cleaning, su propio negocio. Actualmente tiene 70 clientes y tres empleados, que son sus compañeros de escuela. Ha ganado más de seis mil dólares desde que comenzó a limpiar los contenedores de basura de las demás personas. Su madre lo ayuda con una aplicación para gestionar su creciente número de clientes. Zoe Lawton, un cliente habitual, dijo que el joven de 16 años "hace un trabajo fantástico en todo momento. Él es una gran inspiración para cualquier persona, no solo para los adolescentes, sino para personas como yo". Clay comenzó a ofrecerse a sacar los contenedores de la gente la noche anterior a las rondas y cobraba un dólar por semana por el servicio. Al joven le gusta y entusiasma su trabajo, incluso piensa que sería bueno expandir su negocio e incluir la limpieza de caminos. "Si a la gente se le dan oportunidades, su confianza en sí mismo mejorará", aseguró su madre.