Henry Ford, el visionario fundador de Ford Motor Company, sorprendió al mundo en 1941 al presentar un prototipo revolucionario: el Soybean Car o auto de soja. Este vehículo no solo integraba materiales agrícolas en su diseño, sino que también reflejaba un enfoque innovador hacia la sostenibilidad, décadas antes de que el concepto ganara prominencia global.
Un auto cultivado desde el suelo: la visión de FordHenry Ford fue un ferviente defensor de la integración entre la agricultura y la industria. Su visión consistía en “cultivar automóviles desde el suelo”, utilizando materiales renovables para reducir la dependencia de recursos no sostenibles como el acero. Esta idea llevó al desarrollo del Soybean Car, un vehículo cuyos paneles estaban fabricados con bioplásticos compuestos por soja, cáñamo, lino y pulpa de abeto.
Diseño y colaboración científicaEl proyecto se desarrolló en el Laboratorio de Soja de Greenfield Village, un espacio innovador liderado por el experto Lowell Overly. Algunos relatos sostienen que que George Washington Carver fue consultado durante las etapas iniciales del proyecto, gracias a su experiencia en bioproducción y su papel como pionero en la búsqueda de soluciones sostenibles a partir de materiales agrícolas. Sin embargo, no existe evidencia directa de que Carver trabajara directamente en el desarrollo del coche o que su colaboración haya sido formalizada, pero esta colaboración potencial ha alimentado la mitología del proyecto.
Características del prototipoEl vehículo, presentado durante el festival Dearborn Days y la Feria Estatal de Michigan en 1941, destacaba por su ligereza: era un 25% más liviano que los automóviles convencionales. Se estima que el peso total del modelo era de aproximadamente 900 kilogramos. Además, su resistencia se estimaba diez veces mayor que la del acero convencional, según reportes de la época. Esto lo hacía no solo más eficiente, sino también más seguro de acuerdo a la apreciación que se tenía en la época.
El Soybean Car estaba impulsado por un motor adaptado basado en el Ford V8 modelo 60. Este motor fue especialmente modificado para funcionar con un biodiesel derivado de cáñamo industrial, mostrando el interés de Ford por explorar alternativas energéticas sostenibles en la época. No obstante, hay que aclarar que no fue diseñado exclusivamente para este propósito, ya que también podía usar combustibles tradicionales.
El chasis del Soybean Car estaba diseñado utilizando tubos de acero, una característica pensada para lograr un menor peso y una mejor suspensión, lo que a su vez permitiría una conducción más eficiente y segura.
Un proyecto interrumpido por la guerraEl Soybean Car nunca llegó a la producción en masa. La entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial redirigió recursos industriales hacia el esfuerzo bélico, dejando el proyecto en suspenso. El único prototipo existente fue destruido posteriormente, dejando un legado que aún hoy inspira debates sobre sostenibilidad en la industria automotriz.
Legado del Soybean Car en la sostenibilidad automotrizEl Soybean Car se adelantó a su tiempo, sentando las bases para investigaciones posteriores en materiales renovables. Su historia ilustra cómo la innovación puede surgir de la intersección entre tecnología e ideología, y cómo la sostenibilidad sigue siendo una meta por alcanzar en el sector automotriz.